Una reseña de No (de Pablo Larraín)
No (2012)
Dirigida por: Pablo Larraín
No, una película que describe el plebiscito de Chile de 1988, se distingue de otras películas sobre política o la historia ya que representa un evento histórico importante del país desde la perspectiva de una agencia de publicidad. Su mensaje de esperanza y optimismo hace que sea fácil olvidar que había una dictadura militar corrupta en Chile a finales de los ochenta. La fortaleza de esta película radica representación de la importancia de los medios de comunicación y la publicidad en las decisiones políticas, algo que sigue siendo relevante hoy en día.
En resumen, No sigue a René (Gael Garcia Bernal), un publicista que trabaja para la televisión, y que decide además trabajar en la campaña de “No” durante el plebiscito de 1988. El plebiscito decidiría si el dictador chileno, Agusto Pinochet, mantendría su poder durante los siguientes ocho años. Cada lado de la campaña (el "Si" y el "No") tenía un total de 405 minutos de tiempo de emisión, la "franja de Si o del No" serían repartidas durante 27 noches (15 min / noche) antes del voto para informar al público por qué debía votar "sí" o "no" para el plebiscito. La campaña logra asociar el voto "No" con algunas imágenes positivas (como sonrisas y arco iris), lo cual logra que Pinochet perdiera su poder.
Las actuación de los papeles principales es un poco difícil evaluar; hay varias momentos de la película en los que uno n tiene claro si el guión carece profundidad al definir a los personajes principales, o si es simplemente una mala actuación. Por ejemplo, en uno de las escenas finales —de que los resultados se habían anunciado— se podría suponer que René estaría emocionado, pero parece ser indiferente a su “victoria”. Dado su entusiasmo a lo largo de la película, esta reacción no parece lógica. Aun más, la relación entre René y Verónica, su exesposa (actuada por Antonia Zegers), es incómoda y difícil de interpretar; quizás esta fue la meta del director, pero aun así, la relación entre los dos no añade nada indispensable a la película.
Algunos han criticado No por su simplicidad, es decir, su falta de mencionar los otros factores que contribuyeron a al resultado del plebiscito. Aunque la película enfoca en la influencia de la publicidad, no creo que se esté sugiriendo que es lo único o el factor más influyente en decisiones políticas. La solidez de la película radica en sus mensajes subyacentes. No muestra eficazmente el rol causal de los medios para influir en las decisiones políticas, el poder del pueblo cuando están unidos, y la importancia de esperanza frente a la corrupción. En todos estos temas son muchos pueden verse reflejada, independientemente de sus propias experiencias.
En general, a pesar de la simplicidad del tema y la actuación ambigua, recomiendo que vea No. Es educativa en múltiples maneras. No sólo educa al espectador sobre un evento de la historia chilena, pero también sobre la corrupción política y el poder de los medios de comunicación. La única audiencia a la que no se la recomendaría es los niños, puesto que hay varias escenas de violencia que no son apropiadas por esta edad.
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