¿Qué importancia tiene el cine en la memoria colectiva?
¿Qué es historia? ¿Es los
eventos que ocurren, precisamente como estos ocurren? ¿Es la manera en que la sociedad recuerda lo que ha pasado? ¿O es la forma en que los medios de
comunicación reproducen la historia? Estas preguntas se desarrollan en la
película nominada al Oscar No de
Pablo Larraín. No es una película
chilena de 2012 sobre el plebiscito de 1988 en Chile que decidió si el dictador
Augusto Pinochet habría tenido poder por ocho años más. Específicamente, la
película sigue a un hombre que trabaja en publicidad, René (Gael García Bernal),
y su experiencia creando la campaña contra Pinochet. La película explora el tema del papel de la publicidad en la política. Para una audiencia
estadounidense, No trae la serie
de televisión Mad Men a la mente, no
sólo por los temas de publicidad, sino también por su papel como un texto
histórico. Mad Men es una serie de
televisión estadounidense sobre los hombres que trabajaban en publicidad en
Nueva York en los años 60. Estos dos ‘textos’ históricos refleja nuestras
propias sociedades y como elegimos recordar nuestras historias.
Los dos productos
culturales tenían mucho éxito. Similar a Mad
Men, No cuida los detalles de la época en el set de la película. Los personajes llevan ropa de los años 80, conducen
coches de los años 80, y viven en casas con muebles de los años 80. Pero la
cualidad más impresionante de la película es la estrategia técnica que Larraín
usaba para filmar No. Él usaba la misma técnica para grabar las escenas de No que era usado en los anuncios en Chile en los años 80. Por eso,
la película parece como un artefacto de los años 80. Además, por los ángulos de toma de la cámara
y el argumento lento, la película parece como un documental. Igual que Mad Men interpreta eventos actuales de
los años 60, No interpreta la
censura, la amenaza, y la violencia que sufría la gente de la campaña del No durante el plebiscito en Chile en
1988.
Incluso y similar a Mad Men, No ha sido criticada por su exactitud histórica. Mucha gente
cree que la película exagera el papel de la publicidad para cambiar el voto.
Los críticos dice que No simplifica
lo que ocurría en Chile en este tiempo inestable. Esos críticos tienen razón –
la película se enfoca sólo en la campaña televisiva y muy poco en los principales factores políticos ni los otros factores que afectaba el referéndum, como los esfuerzos
de la base de la oposición.
Sin embargo, No no sólo es una película, es un cuento,
es arte y no un documental. Creo que la película no tiene la responsabilidad de retratar los eventos con
precisión exactamente. Al mismo tiempo, el cine crea, en parte, la memoria
popular de eventos de la historia. Por lo tanto, No tiene la responsabilidad a de mostrar los temas y los sentimientos de la época con exactitud, especialmente porque
crea un ambiente y una trama auténticos. Creo que la película proyecta o muestra los
sentimientos del época.
Estos
tipos de cine deben mencionar todos los grupos que existen e influyen eventos. En el
caso de Mad Men, quizás hasta este
temporada, nunca representa a afroamericanos en la oficina de manera equitativa. Los productores de la serie han sido criticados por eso, con buena
razón. En este caso, el cine tiene la responsabilidad con la historia. Este principio de la responsabilidad se aplica a No también. Si los grupos de protesta en realidad impactaron el resultado del referéndum, creo que es importante mostrar eso. No es arte, pero es arte con influencia
en la memoria colectiva. Es arte con una responsabilidad.
1 comments:
Yo disfruté su reseña de No. Yo quise la comparación entre No y Mad Men. ¿Tú sugieres que yo veo Mad Men, si yo quiero No?
16 de mayo de 2014, 11:51 a.m.Publicar un comentario
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