“La cultura venga lo que la espada destruye”

“La cultura venga lo que la espada destruye”

Luisa Futoransky no duda en dar su opinión directa de cualquier tema, su franqueza es innovadora. Con una vida tan rica con experiencias como la suya, no es sorprendente que es una escritora y poeta con ojo crítico para la cultura y la sociedad. Futoransky nació en Argentina, pero ha vivido en Italia, España, Estados Unidos, Japón, y China, estudiando en programas prestigiosas como el Programa de Escritura Internacional en la Universidad de Iowa y trabajando con famosos como Cátulo Castillo y Jorge Luis Borges. Ha publicado más que quince poemarios, cuatro novelas, y en Paris, ha trabajado en la agencia de noticias France Presse y en el Centro Georges Pompidou. Aunque se identifica principalmente como poeta, Futoransky ha contribuido varias textos y reseñas críticas al periodismo que exploran los eventos y momentos que cambian nuestras fundaciones y percepciones del mundo.

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En su artículo “Días de Ira en Paris”, Futoransky explora sus sentimientos en los días después del ataque en las oficinas de Charlie Hebdo que a lo mejor tienen base es su experiencia huyendo Argentina bajo el terrorismo de las dictaduras militares. También ofrece su opinión de lo absurdo de la violencia. Similar al día que cayeron las Torres Gemelas, el día de Charlie Hebdo quedará en la memoria colectiva para siempre. Según ella, el terror y daño que causan acciones de terrorismo provocan “el baile inevitable de las etiquetas” donde todos intentan nombrar y cuantificar lo que ha pasado. Dice que identificar y categorizar nos tranquilice, pero en su escritura uno puede sentir su crítica de esta tendencia de la sociedad. Todos sabemos que después de un acto de terrorismo, los medios corren a llamarlo islamismo, extremismo, racismo, etc. “…mucho ismo,” dice Futoransky, “como de costumbre.” Para ella, es importante interactuar con la fragilidad, lo hace en sus poemas y en este artículo. Creo que ella insinúa que cuando cuantificamos los eventos de terrorismo de esa manera, estamos rechazando nuestra fragilidad. Si “la cultura venga lo que la espada destruye”, ¿no sería importante tener una cultura que puede reconocer su propia fragilidad, para poder evitar que esta se vuelve en el destructor?

Futoransky recalca que siempre hay asimetría en las masacres como la de Charlie Hebdo, donde un lado tiene el poder; “lápices contra fusiles de asalto”. En este era de incertidumbre político, económico y social, es más cómodo enredarnos en el baile de las etiquetas, pero tal vez debemos ver nuestra culture con un ojo crítico como lo ve Futoransky. Tal vez así podremos avanzar hacia una cultura y futuro donde las masacres no suceden.