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lunes, 13 de mayo de 2013

La gente trans latina en los Estados Unidos



Según el reporte Qué joto bonita!: Transgender negotiations of sex and ethnicity publicado en La Revista de Psicoterapia de Gays y Lesbianas por Vernon Rosario, el transexualismo se ha existido por muchas décadas con varios nombres desde la “inversión sexual” al “travestismo extremo.”[”.]  Desde 1931, la gente transgénero se quejaba de estar atrapada en el cuerpo del sexo opuesto. Hoy en día, los términos aceptables para denominar este sentimiento son “transgénero”, “transexual”, o simplemente “trans”. Es importante tener en cuenta que las palabras sólo describen el género de una persona y no tiene nada que ver con la sexualidad. Los derechos que protegen la sexualidad no se aplican a la expresión del género. Es decir, muchas de las victorias políticas a favor de los derechos para la comunidad de personas Lesbianas, Gay, Bisexuales, o de Transgénero (LGBT) no afecta a la ‘T’ del acrónimo. De hecho, sólo 15 estados protegen los derechos de la gente transgénero. No parece mucho en vista de que la gente trans se enfrenta a altos niveles de discriminación económica y  político-legal. El problema de discriminación existe en todos los EE.UU. (es peor en las ciudades grandes), y tiene muchas causas y repercusiones.

Económicamente, la gente transgénero se encuentran en una situación de desventaja. Según el reporte Injustice at Every Turn del periódico La Raza, el veintiocho por ciento reporta ingresos de menos de 10.000 dólares por año. No es sorprendente con el que debido al prejuicio haya un veinte por ciento de desempleo en la comunidad y que se haya perdido el trabajo el veintiséis por ciento de la comunidad. La dificultad de encontrar trabajo se debe al problema de la carencia de trabajos en la comunidad de latinos transgénero. La asistencia pública es una opción temporal, pero debido a la discriminación es difícil obtener asistencia pública. En el artículo Transgénero alega ‘humillación’ publicado en La Raza, una mujer latina trans describe las dificultades que vivió. Un hombre que trabaja para una agencia de asistencia pública en Nueva York usó el nombre incorrecto y el género incorrecto pese al cambio legal del nombre de la mujer entrevistada. Además de la humillación de usar el nombre incorrecto, el trabajador no la ayudó con el proceso de pedir asistencia; en cambio, informa  el artículo, llamó a la policía para detenerla por el allanamiento. El ejemplo del artículo ejemplifica el maltratamiento de la gente transgénero en su vida diaria. Los problemas son agravados para latinos y negros trans porque históricamente, son grupos que viven y reportan altos porcentajes de discriminaciones y que tienen un bajo nivel socioeconómico. Una mujer trans y latina que aparece en el artículo Movimiento que cobra fuerza de La Raza menciona que estos grupos, los latinos transgéneros y los afroamericanos transgéneros, son los más atacados de toda la gente (trans, no trans, mujer, hombre, latino, no latino, etc.)

El maltratamiento de la gente transgénero también existe en el mundo político-legal. No existen muchas leyes para proteger a las personas trans ni en su propia casa ni en público. Ellas no tienen la seguridad de un hogar: el quince por ciento reporta que han sido desalojadas debido al prejuicio, como se indica en Injustice at Every Turn. Encontrar un hogar es difícil también; el veintinueve por ciento reporta que le negaron vivienda debido al prejuicio. La discriminación no sólo existe en cuanto a la vivienda, sino también en los encuentros con la policía. En Nueva York, muchas mujeres latinas transgénero reportan conflictos con la policía en pueblos como Jackson Heights de Queens, NY. En el artículo Revelan abuso contra transgéneros de 2012 que fue publicado en La Raza, una latina trans revela que el problema más grande es el arresto de las mujeres trans por cargos de prostitución. Las instituciones regalan preservativos a la comunidad LGBT para protegerla de infecciones de transmisión sexual (incluyendo el SIDA), pero con “Detención y Cacheo”, un condón sirve como evidencia de vender el sexo. Las mujeres latinas trans de la organización “Make the Road New York” hablan sobre el abuso, denigración, y acoso sexual cometido por la policía. Los agentes detienen a las mujeres trans y las violan como describe Juan Matossian en Transexuales latinas denuncian acoso en La Raza.

Todas las manifestaciones de discriminación tiene un impacto psicológico. La gente transgénero está en alto riesgo de suicidio. El reporte Injustice at Every Turn reporta que el  47 por ciento de la gente reporta que ha intentado el suicidio. “Cuando alguien me llama el nombre masculino, cuando me preguntan ‘¿Qué eres tú?’, o cuando alguien usa la palabra ‘él’ quiero hundirme”, compartió una latina, Laissa (seudónimo) de Milwaukee, la que está en transición de cambiar de hombre a mujer. La vida diaria está llena de discriminación porque, según ella, la gente es curiosa. “No quieren hacerme daño a mí cuando me pregunta sobre mi género. Mucha gente sólo quiere saber más”. También habló del maltratamiento en el trabajo. Laissa buscó trabajo por meses antes de obtener su trabajo actual. Sin embargo, ella no pudo solicitar empleo ni pudo identificarse en las entrevistas como ella misma. “Tuve que mentir; me presenté como hombre, pero no era hombre”. El encubrimiento de su identidad ha sido el problema más difícil. “Con mi familia, tenía que ser él. El hijo de mis padres, el hermano de mis hermanos. Era demasiado estrés y tenía una depresión severa. Traté de suicidarme muchas veces”. Es una verdad muy triste, pero es la verdad de casi la mitad de la gente trans. Hay varias barreras que la gente trans enfrenta cada día.  

Mucha gente cisgénero (opuesto de transgénero; que expresa el género del nacimiento)  impide los derechos trans directamente e indirectamente. Los jefes y propietarios son ejemplos citados. Otros son legisladores y organizadores a favor de las campañas LGBT. Los legisladores no introducen mucha legislación para la igualdad, y cuando ocurre, no hay suficiente apoyo. La discriminación más concreta incluye la aprobación de las leyes anti-trans como la de Arizona en las que la gente trans necesita usar los servicios del género del nacimiento (en lugar del género expresado). La discriminación por las campañas LGBT es menos directa; no incluye los derechos transgénero. De vez en cuando hay quejas de la gente trans porque los movimientos LGBT pasan por alto los derechos trans para atraer a un público más amplio. Para un político, es más aceptable apoyar la legislación pro-Gay que la legislación pro-Trans. Las campañas LGBT aprovechan la situación y luchan por los derechos que parecen menos extremos. Algunas mujeres trans, como Laissa, reconocen el razonamiento de “tener un pie dentro”, pero lamenta que “sea al costo de la gente trans y sus derechos”.

Es importante evitar la discriminación contra la gente transgénero, y los programas y las leyes de hoy pueden ser el fundamento de los programas y las leyes del futuro. Hay programas y leyes en varias partes del país que forman los pasos iniciales para crear más igualdad. Debido a los numerosos asaltos inmerecidos que la gente trans sufre a manos de la policía, es importante tener el apoyo de la comunidad. En la otra costa del país, el artículo LAPD tiene nueva política sobre transexuales publicado en La Raza en 2012 indica que el LAPD usa un método para comunicarse con la gente transgénero. Hoy en día, los agentes necesitan usar el nombre preferido de una persona trans (en vez de su nombre legal o su nombre de nacimiento), no pueden preguntar sobre el sexo anatómico de la  persona, y no pueden usar nombres despectivos ni ofensivos según el artículo.  

En un nivel más local hay un grupo que se llama Soy Quien Soy, Trans Empowerment Collective (SQS). El artículo Movimiento que cobra fuerza describe el grupo y reporta que un hombre transgénero creó el grupo en Chicago. El SQS es para latinos y latinas transgéneros y el grupo es bilingüe. Es esencial tener recursos en la comunidad para disfrutar la vida, para encontrar a nuevas personas, para aprender de otras personas trans, y para tener un sentido de pertenencia. Laissa añadió que una comunidad crea una salida para mantener la cordura al comunicarse con personas con problemas similares y aprender de ellas. Es la solución más sencilla, pero tiene la posibilidad de ayudar a mucha gente.

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