Asimilación e identidad personal en la vida universitaria
Imagínate llegar a tu primera clase en la universidad - sientes una mezcla de nervios, emoción y curiosidad. Abres la puerta del edificio de ciencias y sigues caminando hasta la última puerta. Adentro, un aula grandísima y llena de estudiantes que seguramente son más geniales que tú, parecen estar temblando de nervios. Entras al frente del aula y miras las caras de los otros estudiantes mientras caminas hacia atrás, intentando esconderte de los otros o desaparecer por completo. Al mirar las caras más atentamente, te das cuenta de que eres único - no hay nadie que tenga una cara parecida a la tuya.
Así es la vida de Cindy, una estudiante hispana aquí en la universidad de Wisconsin. Está teniendo problemas en su clase de sociología porque es la única persona latina en la clase, la “única cara diferente de los demás”. Ella se pone nerviosa cuando tiene que participar en la clase - tiene miedo de compartir sus puntos de vista que pueden parecer “raros” o diferentes a los de los otros estudiantes. Muchos estudiantes hispanos encuentran este problema: ¿cómo mezclarse y asimilarse en la cultura de EE.UU y a la vez mantener su propia identidad? No es un problema sencillo puesto que muchas veces los estudiantes universitarios tienen dificultades en adaptarse.
El Centro de Excelencia Académica ofrece servicios de consejería y mentores a los estudiantes, como Cindy, que no tienen una representación amplia en la universidad para facilitar una transición a la vida universitaria. Lupe Ahedo es una consejera en el Centro y trabaja para ayudar a estos estudiantes.
Ahedo originalmente se enfocó en una carrera en trabajo social trabajando con jóvenes delincuentes - un trabajo muy bueno pero difícil emocionalmente. “Uno tiene que ser fuerte viendo las familias como se destruyen por situaciones de la delincuencias”, recordó Lupe. Decidió apartarse de esta profesión porque los problemas que veía eran muy serios y afectaban no sólo la vida de la joven sino todo su familia, y esto a ella le pareció demasiado triste. En búsqueda de una carrera mejor adaptada a su personalidad, llenó solicitudes para una posición en admisiones. “Para mí, era un cambio muy importante que yo tenía que hacer”, dijo. Ahedo trabajó en admisiones durante cuatro años y durante este tiempo descubrió un interés en la consejería académica y empezó a buscar trabajos en este campo.
Llegó a ser una consejera del Centro y ahora trabaja diariamente con estudiantes como Cindy, quienes son diferentes de la mayoría de sus compañeros. Dice que es la experiencia positiva que buscaba, algo que le faltaba en su trabajo con jóvenes delincuentes, y es un trabajo muy remunerador. Su motivación es lograr que los estudiantes puedan conseguir ese gran futuro que desean. “Es muy importante procurar ese futuro a los jóvenes porque sin futuro no hay esperanza, no hay nada”, comentó Ahedo.
Como se puede ver en el caso de Cindy, asimilarse e identificarse son retos muy personales para los latinos en la Universidad de Wisconsin-Madison, aunque los retos alcanzan a un gran porcentaje de la gente latina en la universidad.
Más de 40,000 estudiantes asisten a la Universidad de Wisconsin- Madison. De estos, unos 22,871 son de raza blanca mientras que unos 1,230 son latinos, según la Oficina de Admisiones. Pues, aunque hay más de mil estudiantes latinos, en comparación con la población total de estudiantes, estos no forman un grupo sumamente grande. Según el United States Census Bureau, el 6,1 por ciento de la población en Wisconsin es latina.Se ve más problemas cuando se intenta definir la comunidad latina de cualquiera manera. Según Lupe Ahedo, llamarle “latino” al grupo de estudiantes que habla español es sumamente vago. “No todo el mundo se identifica con este nombre”, añadió.
Aunque Ahedo admite que sí existe una comunidad latina en la universidad, también nota que hay estudiantes cubanos, de Centroamérica, o de otros países latinoamericanos que se definen de su propia manera, muchas veces con respecto a su patria.
Según Lupe Ahedo, decir “Yo soy cubano” no es irregular en estos grupos, ya que muchos todavía mantienen una admiración por su patria. Esto presenta un nuevo tipo de problema de asimilación a la cultura de la Universidad de Wisconsin-Madison [¿por qué? quizás el párrafo que sigue debe continuar aquí].
Aunque hay mucha diversidad en este grupo, la mayoría de los estudiantes universitarios parece un grupo de “latinos” más o menos homogéneo. No obstante, Lupe dice que hay unos que hablan español en la universidad que sí se definen como latinos; por ejemplo, los puertorriqueños.
No obstante, algunos programas y cursos - The Multicultural Student Center, además de cursos en el departamento de Chican@ Studies - pueden ayudar a los que hablan español a sentirse más cómodos en la universidad. El Centro y Lupe Ahedo han ayudado a Cindy sentirse más segura en su patrimonio en esta universidad.
2 comments:
Me encanta que usan Cindy como un ejemplo de vida real para su proyecto: ayuda a reforzar su punto. Es sorprendente que solamente ~3% de los estudiantes en la universidad son latinos, es un grupo muy pequeño. Asimilarse en una universidad enorme como UW es difícil para todos, pero este reto es amplificado para muchos latinos. Por eso, pienso que el Centro es necesario y espero que ayuda a los estudiantes que tienen dificultad a identificarse.
17 de diciembre de 2012, 12:09 p.m.Tengo una pregunta sobre Cindy-- es de los EEUU o de otro país? En tu artículo, haces la pregunta, "¿Cómo [es posible] mezclarse y asimilarse en la cultura de EE.UU y a la vez mantener su propia identidad?", la cual me hace pensar que ella no es de los EEUU. Pero no estoy segura!
18 de diciembre de 2012, 9:28 a.m.Quiero saber solamente porque es posible que este hecho cambie la situación un poco.
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