¿Basura o tesoro? Las cartoneras encuentran valor en el cartón reciclado
¿Prefiere comprar un libro por el costo de producción o por el costo inflado de una editorial grande? ¿Le gustaría tener acceso fácil a los autores y artistas locales por este precio bajo? ¿Y si pudiera apoyar a los artistas y autores locales, o proporcionar puestos de trabajo a las familias necesitadas, e influenciar el acceso a la literatura de las familias que no tienen los recursos, lo haría? Como resultado de la crisis económica y el genio de los autores y artistas Washington Cucurto, Javier Barilaro y Fernanda Laguna, estos libros producidos localmente y a un precio muy bajo son una opción real para todos.
La creatividad y el ingenio en circunstancias extremas tienen la posibilidad de ser la salvación de familias, comunidades y en ocasiones raras, de países enteros. Una de esas ocasiones raras incluye las editoriales cartoneras de Latinoamérica. En 2001 Argentina sufrió una crisis económica que impactó la producción literaria y artística en el país. En 2003 algunos escritores argentinos incluyendo a Cucurto crearon una manera en la que era posible para todos publicar sus escritos por poco de dinero, sin un contrato de una casa editorial influenciada por las leyes económicas neoliberales del gobierno corrupto o en crisis. Eloísa Cartonera en Buenos Aires, Argentina es la primera editorial cartonera de libros baratos y accesibles para todos.
En cuanto a los libros, las editoriales cartoneras producen libros pequeños hechos de cartón reciclado en cuyas tapas los niños o los adultos pintan y expresan su creatividad para crear una cubierta colorida. Estas publicaciones ofrecen la oportunidad de escribir, publicar y leer las obras de las literarias famosas y las nuevas del país, y extienden la oportunidad de acercarse con la herencia literaria de estos grandes escritores hispanohablantes sin importarse de una casa editorial grande. Además de esta creatividad artística, las cartoneras tienen un impacto social, económico y político también. Después de 2003, este movimiento se disparó a otros países en el mundo, mayormente a áreas muy pobres como en muchos países en América Latina, Europa y África. En Latinoamérica las cartoneras son un fenómeno en respuesta a muchos desafíos económicos y sociales para satisfacer la falta de educación y el acceso público a la literatura. Las cartoneras ofrecieron una solución local al desempleo y además inspiraron un movimiento creativo y ecológico. Además de los múltiples beneficios, también han tenido un impacto en el medio ambiente al reciclar los cartones y el papel en vez de ponerlos en el vertedero.
Es imposible a ignorar el impacto social en los países donde se han creado estas editoriales. El nacimiento de las cartoneras surge de la necesidad social y económica, y ahora ha inspirado el mismo movimiento en otros países más allá del continente latinoamericano, por ejemplo en algunas en África, como la cartonera Kutsemba Cartão en Mozambique. Cuando un país está en la pobreza, el aspecto de la cultura que desaparece primero es el arte: las obras de arte, la música, la poesía y la literatura. Como resultado de esto, los artistas no tienen el dinero para fundar sus propios proyectos creativos. Esta falta de arte no solamente afecta a los artistas sino que también tiene un gran impacto negativo en la sociedad con respecto a su cultura e identidad nacional. Sin el arte y la cultura, muchas generaciones piensan que no hay nada que represente su época o que pueda mostrar su perspectiva del mundo en que viven. Lo que muchas veces significa que las generaciones futuras no van a conocer las condiciones o la situación que vivieron debido a los gobiernos corruptos y los fracasos económicos. A raíz de esta corrupción y descontento general, muchas personas sienten que no tienen nada positivo que contribuir a la herencia cultural y social de las generaciones futuras. Cartoneras ofrecen una manera para dejar un narrativo histórico y validar la experiencia de la gente común a través de escribir literatura personal.
Esta explosión de posibilidades para expresarse crea una nueva cultura e identidad nacional fuerte para los diferentes países, lo que esencialmente unifica a la gente. Como dice Javiera Vilches en “Editoriales cartoneras: el fenómeno que unió la edición independiente, el reciclaje y el arte", las cartoneras, “hoy son una cooperativa de trabajo y reciclaje autogestionada establecida en el barrio de la Boca, con más de 200 autores latinoamericanos publicados. Más aún que fuera la inspiración del casi centenar de cartoneras que se han expandido por América Latina, Europa, Asia y África (La Tercera 17 de marzo 2014)”. Incluso, ahora hay exhibiciones en museos en todas partes que se enfocan en las cartoneras y su arte e historia. Queda claro así el impacto cultural y sentido de optimismo que las cartoneras aportan a la Argentina y a los otros países, como Chile, Bolivia, Colombia, Ecuador, México y muchos más.
En el caso de Mozambique, aunque las cartoneras no han logrado un crecimiento tan rápido en África al igual que en Latinoamérica, han tenido un éxito a lo largo plazo y ofrecen esperanza y optimismo en regiones donde mucha gente nunca han visto un libro. Saylín Alvarez, una especialista en la literatura hispánica de la Universidad de Wisconsin - Madison y una co-fundadora la editorial cartonera Kutsemba Cartão, dice que las posibilidades para trabajar con las cartoneras no tienen límites y opina que “es algo que vale la pena y que muy pocas personas conocen”. Saylín piensa que este modelo editorial y estas editoriales tienen el potencial de no sólo promover la alfabetización, sino que podrían ser utilizadas como instrumento para enseñar otros idiomas. Ella dice que “creo que con las cartoneras cualquier proyecto educativo es posible. Sólo hacen falta ganas de trabajar y buenas iniciativas”. Ahora Saylin está trabajando con un proyecto reciente para publicar los cuentos que salen de la tradición oral en Kenya y publicarlos a través de las cartoneras, con el objetivo de fundar proyectos de salud en África al venderlos. Este proyecto ayuda en la preservación y la promoción de las fábulas de la tradición oral también. Efectivamente, las cartoneras garantizan una herencia cultural y rica para las siguientes generaciones en Mozambique. En el futuro, Saylín espera que muchas personas elijan trabajar con las cartoneras porque “cualquier ayuda es bienvenida, y cualquier idea también”.
Lo que comenzó como un proyecto local en Buenos Aires, Argentina tratando de publicar y distribuir libros localmente, ahora se ha convertido en un modelo de inspiración para todo el mundo. Un ejemplo del alcance y la utilidad de las cartoneras se puede ver en su uso como una herramienta de aprendizaje para ayudar a enseñar español a hablantes nativos de inglés y viceversa en las escuelas primarias y secundarias. Los profesores y maestros utilizan la historia de las cartoneras y también los propios libros para enseñar sobre la economía, la cultura, la sociedad y la lengua de América Latina, África y Asia. Por ejemplo, en una escuela secundaria del distrito escolar de Madison, Wisconsin, hay una maestra por el nombre de Nicole Berg quien ha incorporado las cartoneras en su currículo de educación bilingüe, como una parte del programa llamado “Teaching Tolerance”, que trata de promulgar la competencia cultural.
Así como la gente, no hay dos cartoneras iguales. Las cartoneras son historias que literalmente salen de la basura, y como tales, tienen una conexión increíble a la vida cotidiana de las personas que las producen. Con un poco de imaginación y un montón de pintura, la basura puede convertirse realmente en los tesoros que contienen la fuente de la alfabetización, la oportunidad y la libertad de expresión. Resuelven problemas tantos sociales y económicos que se derivan de la falta de educación, y han creado un fenómeno cultural que ha producido una gran cantidad de conocimiento en combinación con la belleza de arte. La cartonera se ha transformado de algo creado de la necesidad a un fenómeno mundial, con vínculos fuertes con la educación, la cultura y la esperanza. Nadie podría haber adivinado que el cartón llegaría a ser tan importante para un movimiento cultural y educativo, pero ahora es muy claro que las cartoneras, y poco a poco el mundo, están aprendiendo el verdadero valor del cartón.
Por Las estrellas de reportaje, mayo 2014.
1 comments:
Eso reportaje es muy interesante porque no sabía nada de ese movimiento de los cartones. La información es completo y ustedes reportan todos los lados de ese proyecto. La inclusión de todos los beneficios muestra al lector que los cartones son un parte importante y necesario a la comunidad. Mi pregunta es ¿ustedes creen que este proyecto de cartones puede tener un impacto en los Estados Unidos? Este programa funciona en otras países porque son culturas en que arte es un importante parte de la cultura. También, el proyecto empezó a causa de mucha sufrimiento y problemas económicas. En los Estados Unidos, no tenemos estos dos factores como los otros países. ¿Pero, creen que los Estados Unidos pueden utilizar este movimiento?
18 de mayo de 2014, 2:47 p.m.Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.